Alguien lo definió de la mejor manera: "nunca en la historia argentina, un acontecimiento hizo tan felices a todos juntos, sin distinción de creencias políticas, religiosas o ideológicas, como el segundo gol de Maradona a los ingleses". Y creo que es cierto. Hubo que vivirlo para poder intentar (sin éxito) explicar lo que recorría nuestro cuerpo al verlo en vivo y en directo. Verlo ahora, aunque sea por primera vez, ya no es lo mismo. Verlo hoy por enésima vez sólo sirve para sentir exactamente aquella sensación. Realmente es un placer. Y si de fondo tiene el relato de Victor Hugo Morales, la piel se pone de gallina nuevamente.
¡a disfrutarlo! Aunque lo hayamos vistos 200 millones de veces.
viernes, 12 de octubre de 2007
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